viernes, 28 de noviembre de 2014

PEDAGOGÍA DE LA TERNURA: ALEJANDRO CUSSIANOVICH

La Pedagogía de la ternura es un estilo de ser docente tanto en el aula y fuera de ella, promueve el aprendizaje significativo necesario para vivir. No se puede ser educador si no se tiene fe en lo que se pretende impartir al educando y en muchos caso reemplazando las funciones paternales.

La ternura es una cualidad que nos permite dominar las situaciones con delicadeza y no dejarnos llevar por la desesperación y crispación. De este modo hablar de ternura es hablar de suavidad y trato atento, sobre todo comprensión y facilitar claves en torno a las cuales se desarrollan el poder curativo de la ternura.



La ternura es un fenómeno psíquico en las personas y quizás también se presente en algunos animales y forma parte de la vida afectiva, notándose su expresión con facilidad en algunas personas más que en otras, teniendo en cuenta nuestra personalidad, la educación y el ambiente donde se desenvuelven.
La ternura es una expresión de la afectividad y tiene diferentes maneras de manifestación. En estos tiempos la ternura parece estar fuera de moda, por esta razón las relaciones interpersonales de hoy no se dan satisfactoriamente. La ausencia de ternura como valor da a pensar o sentir que es asunto del género femenino, pero en realidad los varones como seres humanos están en el derecho de recibir trato de ternura y el deber de brindarla.


La vida es de momentos buenos y malos en los que la ternura es clave para situaciones difíciles y preocupantes que suceden a diario.



JUNGER HABERMAS: LA TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA

La teoría de la acción comunicativa es para Habermas el principio explicativo de una teoría de la sociedad fundada en una teoría del lenguaje y en el análisis de las estructuras generales de la acción. El rasgo característico de los seres humanos será la racionalidad manifestada 'objetivamente' en el 'lenguaje'.


   

De la multitud de conceptos de acción, empleados en teoría sociológica, Habermas, las reduce a cuatro:

ü  El concepto de acción teleológica que ocupa el centro de la teoría filosófica de acción desde la época de Aristóteles. El actor realiza un fin o hace que se produzca el estado de cosas deseado, eligiendo en una situación dada los medios más congruentes y aplicándolos de manera adecuada.
ü  Nuestro autor nos dice “El concepto de acción regulada por normas se refiere no al comportamiento de un actor en principio solitario que se topa en su entorno con otros actores, sino a los miembros de un grupo social que orientan su acción por valores comunes”
ü  El  autor también nos dice “El concepto de acción dramatúrgica, no hace referencia ni a un actor solitario ni al miembro de un grupo social. El actor transmite en su público determinada imagen o impresión de sí mismo al poner de manifiesto lo que desea, es decir, su propia subjetividad”.

ü  Finalmente, Habermas nos dice “…el concepto de acción comunicativa se refiere a la interacción de a lo menos dos sujetos capaces de lenguaje y de acción que entablan una relación interpersonal”.



TEORÍA DE SISTEMAS: NIKLAS LUHMAN


Niklas Luhmann fue profesor de sociología en la Universidad de Bielefeld Alemania. Su obra consiste en la elaboración de una teoría con pretensiones de universalidad y que demanda su aplicación para todo fenómeno social. La teoría resultante ofrece una variedad conceptual que permite dar cuenta de los fenómenos sociales de una manera novedosa, lo cual facilita el diálogo interdisciplinario al incluir elementos de otras áreas del saber, como la cibernética, la biología o las matemáticas, por mencionar algunas.


   




La complejidad significa que para actualizar las relaciones entre los elementos es necesaria la selección. La complejidad de una unidad indica el hecho de que no todos los elementos de dicha unidad pueden estar en relación con ellos mismos. Como fundamento de la definición de complejidad está la distinción entre elemento y relación, que permite observar una condición de relacionabilidad selectiva, distinguiéndola de una condición de relacionabilidad completa entre elementos.




martes, 25 de noviembre de 2014

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

Mariátegui aborda el problema educativo en su ensayo titulado “El proceso de la instrucción pública”



Para Mariátegui la educación y la escuela está subordinada al Estado y este a los intereses de la clase dominante, debido a ello está convencido que la idea de “libertad de la enseñanza” es una abstracción sin sustento en la realidad. “Nada importa en la historia, el valor abstracto de una idea, lo que importa es su valor concreto… la libertad de la enseñanza no es, pues, sino una ficción.

Para Mariátegui el problema educativo debe ser entendido como problema económico-social: “El problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido al no ser considerado como un problema económico y como un problema social.



La escuela pública según Mariátegui debe ser la base institucional de un país con una gratuidad de enseñanza y educación universal sin la existencia de clases dominantes que puedan relegar culturalmente a las clases pobres.



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JOSÉ ANTONIO ENCINAS

La idea esencial en el pensamiento educativo de José Antonio Encinas sustentaba que la forma más adecuada de integrar al indígena a la vida social común del país, es comprender su realidad cotidiana individual, económica y social para de esta forma crear y adaptar un sistema de métodos educativos que fueran de la mano con esta realidad.



Las ideas pedagógicas de Encinas destacan en los siguientes enunciados:


ü  Encinas pensaba que no se debía circunscribir a la escuela al rol de un ente que solo ayuda al individuo a aprender a leer y escribir, sino que además de cumplir esta función, la escuela debía asumir un rol que ayudara a mejorar el entorno social del indígena.
ü  Para conseguir los objetivos de este sistema educativo integrador, sería necesario formar a maestros conscientes, sensibles y perceptivos al respecto del origen étnico social de cada niño, profesores capaces de penetrar en la compleja estructura del pensamiento humano para a partir de esta base, guiar al alumno en su formación educativa.
ü  Su visión de la educación óptima, proponía la creación de escuelas que fueran formadoras integrales de los niños, es decir centros educativos con una perspectiva holística de todas las actividades que forman parte de la vida del individuo dentro de su entorno y contexto social: trabajo, distracción, forma de relacionarse socialmente, costumbres culturales, cosmovisión, ubicación geográfica, etc.

ü  Afirmaba que el currículo era bueno si reflejaba las manifestaciones de la cultura social en el espacio y en el tiempo en que se vive y permitía transferirlos al niño sin perturbar su capacidad de aprendizaje. Sostenía que había “que adaptar a los discípulos a su mundo natal, señalando las riquezas que tiene y la manera como él puede transformarse”. Encinas le da un sentido realista al currículo y plantea que debe surgir de las necesidades individuales, sociales y contribuir a mejorar la sociedad.



GERMÁN CARO RÍOS

Poseedor de un espíritu transformador, realizó además de la tarea pedagógica, labor comunitaria encomiable en cada uno de los puestos que tuvo: Alfabetización del indio, Bibliotecas, Creación de Centros Educativos, Salones para teatros, Huertos y jardines, Ferias escolares donde los alumnos exponían hacia la comunidad lo que habían cosechado en la escuela, Como de carpintería, Instalación de alumbrado eléctrico, agua potable, posta médica, Creación de cooperativas ganaderas. Y mucho más.


Para el Maestro Germán Caro Ríos, una Escuela debía ser un lugar agradable, modelo de vida atractivo para el niño, centro de cultura, del deporte, del arte. Entendía a la escuela como una forma de autorrealización y de realización colectiva. Caro Ríos logró diseñar y desarrollar una escuela basada en el estudio y el trabajo en coeducación.




SALAZAR BONDY

Examinamos una parte de la producción discursiva del peruano Augusto Salazar Bondy (1925-1974) que gira en torno a los problemas de la educación; explicitando los supuestos antropológicos y axiológicos, así como la comprensión de las condiciones contextuales en que se sustenta su concepción de la problemática educativa. A través del análisis ponemos de manifiesto la crítica salazariana  respecto del proceso modernizador dependiente y su propuesta alternativa.
Para Augusto Salazar Bondy, la nueva educación peruana no sólo debe implicar un cambio de actitud con respecto al país y sus problemas, sino también un nuevo enfoque de la tarea educativa misma. Se trata de formar un nuevo hombre para una nueva sociedad, pero esto debe comenzar a manifestar en la escuela. Y esto no será posible sino en la medida en que la educación, animada de un espíritu humanista, promueva y vigorice los valores de la persona. Es por ello que postuló una concepción humanista de la educación, cuya fuente primaria es la actividad humana, el diversificado quehacer inteligente por el cual la humanidad se enfrenta al mundo, lo domina y lo pone al servicio de su propia expansión. Partía del hecho de que la verdadera educación humanista se inspira en el ideal del trabajo humano.

Salazar Bondy postuló una educación para el desarrollo y para el cambio de estructuras de la sociedad. Sostuvo que educar para el desarrollo constituye la perspectiva desde la cual se debe enseñar. Aquí se encuentra claramente definido el “para qué” de la educación por lo tanto, el fin directo de nuestro quehacer educativo ha de ser el desarrollo del Perú como nación.

La escuela, consciente de este ideal de educar para el desarrollo tiene que cumplir, según él algunas tareas imprescindibles:

ü  Desenvolver una conciencia nacional de desarrollo, que permita forjar en torno a ella una verdadera mística nacional.
ü  Ejercitar en el sentido crítico y la voluntad de perfección de nuestras creencias, actitudes, tradiciones, que obstaculizan la construcción de la comunidad peruana.
ü  Forjar la enseñanza en el sentido científico.
ü  Planificar la educación, haciendo un balance de los recursos con que se cuenta, de sus posibilidades de acrecentamiento y de su más provechosa aplicación, así como una rigurosa selección objetiva de las metas que nos proponemos alcanzar.

ü  Sostuvo una educación para la sociedad. Estaba convencido de que todo análisis sobre la problemática educativa tenía que desembocar necesariamente en el planeamiento de los problemas sociales. Al entrar en crisis la educación de un país, de una época, lo que entra en crisis es la organización social misma, la estructura de la vida colectiva afirmaba. Si hay atraso, pobreza, incompetencia y desorientación en la colectividad peruana, lo mismo sucede con su educación.

Para ver el vídeo acerca del planteamiento de Salazar Bondy...clic aquí

EDUCADORES PERUANOS

WALTER PEÑALOZA

Pocos maestros, investigadores y pensadores de la educación han abordado con tanta vehemencia, constancia, amplitud y profundidad el tema de la concepción, función y formación del educador como el Dr. Walter Peñaloza; quizás ninguno como él ha dedicado tanto tiempo de su vida a tan importante labor. En este campo Peñaloza no fue sólo un teórico sino que fue el ideólogo y conductor de una de las experiencias más valiosas que tuvo el Perú: la formación de maestros en la Escuela Normal Superior “Enrique Guzmán y Valle” La Cantuta.

Peñaloza concibió la formación de maestros  al más alto nivel, sin  discriminación si eran de Primaria, Secundaria o Técnica. Consideró que el maestro debería ser formado integralmente para que pudiese actuar con compromiso, eficiencia y eficacia en una educación cuyo fin era formar integralmente al hombre como persona, como ser social y como agente promotor de su cultura.
Concibió al maestro como aquel profesional formado en sus dimensiones biológica, psicológica, social y espiritual, que entendía que la educación además de ser considerada como ciencia y como técnica era también filosofía y arte y que por lo tanto su formación no podía descuidar ninguno de estos aspectos.
Sostenía Peñaloza (1997) que “nadie le podrá quitar a la educación su naturaleza auténtica de arte y al maestro su carácter de artista”[1]. “Lo que hace el maestro tiene como propósito causar un impacto profundo en el alma del niño, del joven o del adulto. Su finalidad es que el alumno se transforme. Por lo tanto, en el maestro hay tanto de actor como de creador. El maestro es, por consiguiente, mucho más que el artista reiterativo (...). Es más bien el artista creador, porque no solamente recrea lo que dice, sino que en cada nuevo acto de labor con los educandos está creando para ellos y en cierto modo, creándolos a ellos mismos”[2].
La piedra angular de sus aportes a la educación lo constituye “el currículo integral”, como concepción genuina que defendió a lo largo de toda su vida y que se llegó a plasmar en la experiencia de la Reforma Educativa de los años setenta y, antes, en su experiencia de formación de maestros en La Cantuta.
El currículo integral contribuyó a rescatar la figura del maestro educador y la contrapuso a la figura del maestro enseñante. Los futuros maestros debían recibir y explorar conocimientos, incorporar receptiva y creadoramente el mundo de lo cultural, vivir experiencias no cognoscitivas, efectuar numerosas y consistentes prácticas profesionales que le posibilitaran alcanzar destrezas en el ejercicio docente, y, alcanzar dentro de lo posible un armónico desarrollo de sus capacidades interiores, mediante el apoyo de la consejería. Así, los maestros “quedaban preparados a través de una experiencia viva de varios años, para actuar más tarde ante los niños y jóvenes a su cargo en todas esas áreas, vale decir para impulsar, a su turno, un currículo integral en su trabajo con esos niños y adolescentes”.
Para Peñaloza, el educador es aquél que “debe tener la habilidad y espíritu profundo para promover la autonomía y el sentido de libertad de los niños, jóvenes y adultos; para despertar y desarrollar en ellos sus capacidades de observación, reflexión y análisis; para llevarlos a la comprensión de los valores; estimularlos a la noción de solidaridad, y a la toma de conciencia y comprensión cultural circundante (arte, religión, tecnología, moral), seguida de la toma de posición ante el mundo y para la acción creadora. Por eso, únicamente el que arme integralidad en su formación puede transportar esa integralidad a sus futuros alumnos. Quien no tiene la vivencia de la formación integral, no puede brindarla a nadie, en realidad no sabe siquiera lo que es, no tiene idea de su existencia”.




El maestro, para Peñaloza, es el vector de la sociedad y el gran mediador del proceso educativo. En tal virtud, su verdadero papel es el que los educandos alcancen el contacto con los valores, lo cual es imposible si el mismo profesor no posee amplia comprensión de los mismos y de las creaciones culturales de los hombres. De allí que la dimensión axiológica (orientación a valores) y la comprensión del mundo cultural en la formación de los maestros resulten decisivas. Estos son los pilares insustituibles de su verdadera preparación como futuro educador.